Cómo diferenciar la calidad del uso de aguas de riego

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El agua de riego se trata del agua que es distribuida mediante diferentes sistemas de regadío con el objetivo principal de que los cultivos se desarrollen de forma correcta. Los sistemas de riego tienen múltiples usos.

Entre ellos destacan la preparación del campo para facilitar las labores de labranza, para el crecimiento y desarrollo de los cultivos, para la fertirrigación (la combinación de agua y fertilizantes con el objetivo de mejorar el suelo y nutrir los cultivos), la quimigación (la inyección de productos químicos disueltos en el agua mediante cualquier sistema de riego; aspersión, goteo, etc), el mantenimiento del sistema o la protección contra heladas durante la producción de cultivos en invierno, entre otros.

Cómo conocer la calidad del agua de riego

Sin embargo, para conseguir un desarrollo óptimo de todas las actividades mencionadas anteriormente se necesita una buena calidad de agua. Los principales elementos que componen el agua de riego son magnesio, sodio, potasio, sulfatos, cloruros, cationes de calcio, aniones carbonatos, nitratos, bicarbonatos y boratos. Dichos elementos son los que determinarán la calidad del agua de riego.

Inicialmente, para conocer la calidad del agua de riego que se posee, es necesario realizar un análisis de agua de laboratorio y, en función del resultado obtenido, se aplicarán determinadas estrategias con el fin de obtener el agua de riego de mejor calidad.

Este estudio se recomienda hacerlo antes de que comience la temporada de riego o fertirrigación. Los valores que se tendrán en cuenta en el análisis son el PH, electro conductividad, contenido en sales, potasio, calcio, magnesio, sulfatos, nitratos, fosfatos, microorganismos, micronutrientes y oligoelementos.

Criterios para medir la calidad del agua de riego

El agua de riego será de calidad cuando, en definitiva, sirva y cumpla con todas las funciones en las que es necesaria. De esta forma es cómo se garantizará un crecimiento, desarrollo y rendimiento óptimo de los cultivos y la tierra. Asimismo, los criterios principales que ayudarán a determinar la calidad del agua de riego son los siguientes:

Salinidad del agua. La salinidad del agua está determinada por parámetros CE/TDS. Las sales más frecuentes en el agua de riego son sodio, calcio, magnesio, bicarbonatos, sulfatos, potasio, carbonatos, boro y cloruros. Si la cantidad de sales que contiene el agua es muy elevada puede producir daños, e incluso, la muerte de los cultivos. Para determinar la salinidad del agua de riego existen dos modos: medida del contenido de sales (sirve para conocer la concentración de las sales analizadas y se realiza en laboratorio) y medida de la conductividad eléctrica (mide la concentración total de las sales mediante un aparato denominado conductivímetro, aunque se recomienda acompañar los resultados de un análisis de laboratorio).

Infiltración del recurso hídrico en el suelo. Este elemento está determinado por los parámetros RAS. El proceso mediante el cual el agua se filtra en el suelo es importantísimo para que la tierra pueda absorber los nutrientes necesarios, ya que, por ejemplo, si se reduce la velocidad de infiltración (que suele deberse a un contenido alto de sodio), los cultivos no estarán abastecidos correctamente y pueden verse afectados en cuanto al rendimiento.