Uso de bioestimulantes naturales en agricultura

Los bioestimulantes son sustancias cuyo origen es animal o vegetal y que tienen como misión estimular los procesos bioquímicos naturales en las plantas. Esto es posible hacerlo gracias a que potencian la salud de los cultivos.

Diferencias entre bioestimulantes y fertilizantes

En este sentido, debemos saber diferenciar entre bioestimulantes y fertilizante, puesto que, el fertilizante tiene como función proporcionarle los ingredientes que necesita a la planta; mientras que los bioestimulantes tienen como función estimular los procesos fisiológicos de las plantas o cosechas.

Podemos distinguir entre diferentes tipos de fertilizantes:

  • Ácidos híumicos y fúlvicos: proceden de restos vegetales y animales.
  • Aminoácidos y mezclas de pépticos: surge de la hidrólisis de la proteína. También tiene origen animal o vegetal.
  • Extractos de algas y plantas: aunque se utilizaban como fertilizantes, recientemente se vienen utilizando como estimulantes.
  • Quitosanos y otros biopolímeros
  • Compuestos inorgánicos: se usan diferentes elementos como selenio o silicio.
  • Hongos y bacterias beneficiosas: su uso es beneficiario en las plantas por su relación con la resistencia de las mismas a las enfermedades, el estrés y la síntesis de nutrientes.

Beneficios de los bioestimulantes naturales

Es necesario el uso de bioestimulantes en las plantas y cultivos, ya que, estas plantas pueden sufrir diversas situaciones que son adversas a su desarrollo como pueden ser situaciones de estrés, diferentes plagas o circunstancias medioambientales adversas, tales como inundaciones, granizo o fuertes nevadas.

Otro de los beneficios del uso de bioestimulantes es que, además de ser beneficioso para la propia planta, lo es también para el suelo, ya que, su uso mejora la estructura de la tierra y, de esta forma evita una posible erosión. Este hecho, a su vez, permite que el agua que se vierte en la planta y, por tanto, los nutrientes que coge la misma, se mantengan del mejor manera en la tierra.

Además de los numerosos beneficios, ya nombrados del uso de bioestimulantes, también se destaca que gracias a su uso, las plantas se tornan más tolerantes en épocas de mayor sequía y salinidad. También evitan que se produzcan pérdidas de CO2 y, que más tarde se convierta en biomasa fúngica. Incluso son beneficiosos para el desarrollo ecológico y la producción de los ecosistemas naturales.

Un último dato a tener en cuenta es, que al ser biológicos, este tipo de productos no produce ningún efecto negativo ni adverso en aquellas plantas o cosechas en las que se aplica, por tanto, su uso, aunque sin exceso, siempre será beneficioso para nuestras plantas.

En definitiva, el uso de bioestimulantes mejora el rendimiento y la calidad de las cosechas, de tal forma que, su uso, ayuda a los agricultores a poder producir mayor cantidad de producto a un menor coste.